Marzo 2020
Sucedió en junio del año pasado, no llego a la cita que acordamos y las siguiente tres semanas ni siquiera respondió mis saludos. Deje de buscarlo. Apenas comenzaba mi experiencia de estar sin trabajo, deprimido y sintiendo que a nadie le importaba y él no estuvo, no se enteró de todo lo vivido en ese proceso. Él quien dijo que también haría mucho por mi. Él que en su último cumpleaños me mostró al hombre más sensible del mundo y que durmió conmigo después de habernos acabado una botella completa de whiskey. Y bueno, al final me gano la soledad, me gano ese terrible deseo desesperado por encontrar una sola cosa que diera un poco de sentido a mi vida, que me regalara una sonrisa, que me diera un poco de ilusión y una madrugada de desesperación, muy cerca del 14 de febrero le escribí. Y lo hice a manera de reclamo, lo hice esperando que no respondiera más, lo hice queriendo que por fin me rompiera el corazón y me hiciera odiarlo y dejarlo de amar y dejar de soñar de una vez por todas con algo que jamás sucederá. Erre mi pronóstico. Ocho y media de la mañana y ya tenía su respuesta en el correo. Me dijo que también me extrañaba y que le permitiera llamarme y acordar una cita ese mismo fin de semana. Él también tuvo su buena sacudida personal en estos meses y eso lo sumió un poco en su aspereza de carácter pero ya paso. La crisis dio lugar, nuevamente a esos encuentros vertiginosos entre nosotros, dió paso a un nuevo periodo de complicidad, de compañía, de cercanía, de esos que siempre me hacen creen que si me quiere y que si le importo. Y sé que es así, se que le soy importante, sé que le represento algo bueno, pero jamás algo trascendente o prioritario. ¿Qué porque estoy ahí entonces? Ni yo lo tengo claro. El tema lo he tratado con 3 terapeutas y estoy por comenzar a desarrollarlo con la 4 y espero enserio que descubra porque no puedo sacarlo de mi mente y de mi vida de un jalón. Y bueno, más que no poder, porque no quiero, porque a pesar del tiempo y la distancia, sigues siendo tan importante para mi como la primera vez que te vi y te entregue mi corazón. Ha pasado mucho tiempo de esa vez, a pasado mucho desde entonces, he crecido y sigo fiel a ti, como siempre. Esta vez intentaré sin expectativas no equivocarme más y si has de quererme, que así sea y si no, que la vida me acabe de dar el putazo que necesito para soltarte.