Arándanos
3
Después
del último concierto de Drexler, por casualidad di con una canción en una
playlist de mi hermano. Se llama “desde el fondo de mi corazón”, y no voy a
negar sentirme identificado. El coro dice más o menos así:
Y, desde el fondo de
mi corazón, antes que pierda la razón,
No vuelvas nunca más a
mí.
Y como dice la canción, desde el fondo de
mi corazón, lo reconozco, no estoy bien, yo te adoro y amo saber y estar cerca
de ti, pero me desbarato cada vez que se repite el patrón y te veo y
reconectamos y la pasamos bien y unos días va y viene la comunicación y después
te vas y no sé más de ti, y sé que, aunque insista con algunos mensajes
diarios, muchas veces se quedarán ahí, como enviados al aire.
Tu siempre has sido honesto conmigo, yo
sé que lo que siento por ti es sólo mío y no es reciproco y por Dios que he
intentado dejarte en una posición de amigo nada más, pero no puedo. La verdad
es que el madrazo emocional que me llevo después de verte siempre es igual. Yo
sé que uno no elige de quien se enamora y bueno, por alguna razón me toco
hacerlo de ti y ha sido encantador, pero ya no puedo más. Creo que jamás te
veré sólo como mi amigo y no puedo hacer otra cosa que agarrar mi par de
patines y salir corriendo.
Me quedo con la enorme ilusión de ese
sentimiento honesto y sincero por ti, de saber que esos momentos compartidos
que han sido muy buenos, me quedo con la emoción de no haberme decepcionado si
hubiera fallado algo entre nosotros y me quedo con la idea de que, si nos
hubiéramos encontrado en otro momento de nuestras historias, quien sabe, igual
y si habría surgido algo lindo. Y lo mejor que todo, me quedo sabiendo que, si
bien mi amor no fue correspondido, si logre ganarme tu cariño.
Te agradezco tu honestidad, te agradezco
el haber sido todo este tiempo un motivo para sonreír, para esforzarme, para
procurar volverme una mejor versión de mí mismo, porque eso me ha vuelto un
mejor yo.
No sé qué tan cursi sea escribir para
decir estas cosas, pero acepto que no tendría los huevos para verte a los ojos
y pedirte que dejemos de buscarnos. Si la soledad me traiciona y alguna vez lo
hago, ignórame por favor. Tal vez el día de mañana nos volvamos a topar y te diga
que encontré lo que quería o tal vez no. En cualquier caso, te deseo una vida
feliz, una vida plena, una vida llena de esta tranquilad que buscas. Por favor,
guárdame en tu mente y en tu corazón como un buen tipo y como el recuerdo de
buenos momentos compartidos.
¡Gracias V!
¡Hasta siempre!